Ancas de princesa daltónica y otros remedios para ver la vida de otro color



- La princesa está triste, ¿qué tendrá la princesa?

- Una mala mascota que se cree consejera

- ¿Y qué le aconseja hoy la parlanchina?

- Que no se preocupe, le dice entre risas. 
   Que lleno está el mundo asegura triunfante 
   de azules príncipes y de cyanes infantes.

- ¿Y por qué llora entonces nuestra señora?

- Porque convencida ha quedado de empeñar su corona. 
  Al mismo Satán se ha encomendado
  para ofrecer su trono por despertarse croando

- ¿Y qué dice de esto su consejera?

- Salta y asiente la muy puñetera. 
  Yo escucho y atiendo, mas no oigo nada, 
  solo a la princesa lamerla encantada.

- ¿Llamaron al médico? ¿Estará envenenada?

- Llamamos, llamamos... ha quedado ingresada.

- ¿Y qué le receta resabiado doctor?

- Que no chupe ranas de ese color

- ¿Y cómo se lo ha tomado la princesita?

- Llora e insiste en volver a la ría. 
  Renacuaja se siente la condenada 
  a vivir en cuentos encadenada.

 ¡Sapos! maldice, su madre enfadada, 
 ¡Para besar sapos estaba educada!

- No se preocupe su majestad, 
  seguro que sapos vuelve a probar...
  No la regañe, no es tal la tragedia,
quizás el pueblo prefiera a esta reina

- ¿Daltónica y rana? ¿Acaso bromea?

- ¿Y lo que ahorrarán en perdices? 
  ¿Ha hecho la cuenta?



Comentarios

  1. Vaya versión bufa tan hilarante que te has marcado de la sonatina de Darío, Isa.
    Un 10 ;-)

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    1. Muchas gracias José, es un registro que no suelo explotar, pero de tanto en tanto no está mal obligarse a serse infiel a uno mismo.

      pd: no sé quien te habrá dibujado tu foto de perfil, pero no lo pierdas ;) ¡Logradísima!

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  2. Increíble, increíblemente increíble!!!

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    1. Muchas gracias Cobacho, una de las cosas que más echaba de menos de escribir era tener noticias tuyas :)

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