Quienes creían conocerlo
decían que era miedo,
nervios,
emoción, inexperiencia…,
"impaciencia por sembrar sus ideas
y regarlas de aplausos",
los escuché también decir,
mientras procuraban que el foco de atención
no iluminase
su parcela de envidia.
Tanto analizaban su forma de recitar,
que pocos se dieron
cuenta de que
aquel agitar las tapas de su poemario,
no era un temblor,
sino un
intento,
un deseo,
de que sus poemas echasen a volar.
Siempre sospeché,
que no soportaba
tener todas esas inquietudes, tan cerca.
Pero, ¿qué puedo deciros yo?,
mas que...al fin y al cabo,
tampoco lo conocí.
mas que...al fin y al cabo,
tampoco lo conocí.
Según las fuentes que he consultado, la cita que tomo hoy prestada como título es de Lucian Blaga, de no ser así, agradecería que me escribieseis para corregir dicha información.
ResponderEliminarMelancolía
ResponderEliminar