El tiempo sigue pasando, como si ya no pudiera esperar más


Vivía... 
de los pies a la cabeza. 
El tiempo no corría por sus venas, 
tan solo paseaba, 
sin prisas, torturas o espantos, 
como sufría en otros cuerpos.

Vivía....
Vivía a cámara lenta, 
apreciando el sabor de las cosas, 
el sabor de las pieles, 
los olores que se llevaba el viento, 
las fragancias que mezclaban historias 
a las que nadie despedía.

Vivía... 
y a veces, lloraba, 
y cuando lo hacía dejaba de ser él, 
o ella, 
y ya solo era alguien más, 
pues las lágrimas, 
que atienden a otras leyes... 
caen siempre a la misma velocidad.

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