Me gustan las frases sueltas,
tan libres y despeinadas,
tan coquetas;
con sus ganas de todo
y sus apariencias de nada,
con esa forma tan imperfecta
que tienen de romper el silencio.
Quizás es por el miedo
que me aleja de los puntos y aparte,
o tal vez por la desconfianza
que me sugieren las comas;
tan frías y calculadas,
tan preocupadas por la respiración
y tan alejadas de los suspiros.
Sea por lo que sea,
me gustan las frases sueltas.
creo que entraré a leer a menudo...
ResponderEliminar¡Besos!