Se convirtió su inicial "hacerle sitio", en una mudanza al basurero donde terminaron todas sus cosas.
Sabía que alguien tan importante debía ocupar mucho espacio, pero nunca sospechó que podría dejar tan poquito.
Jamás le dio la dirección del vertedero al que le terminaron enviando sus facturas, al menos, allí, consiguió volver a dormir con sábana.
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